
Clonk. Clonk. Clonk. Clonk. Clonk. Clonk. Clonk. Clonk. Clonk. Clonk. Clonk. Clonk.
¡Clonk!
¿Cómo? ¿Trece?
Esa última campanada nos pilló por sorpresa.
Qué bonita sonó.
La campanada de un país que había dejado de creer en la mala suerte.
Suficiente habíamos tenido ya.
¡Clonk!
¿Cómo? ¿Trece?
Esa última campanada nos pilló por sorpresa.
Qué bonita sonó.
La campanada de un país que había dejado de creer en la mala suerte.
Suficiente habíamos tenido ya.